jueves, 19 de mayo de 2011

La noticia corrió como sangre en el pavimento…




Era sábado, aproximadamente las 7 de la mañana y yo seguía dormida, aun con la puerta de mi habitación cerrada y dado que tengo el sueño muy ligero, el sonido del teléfono me despertó. Abrí los ojos inmediatamente, los sentía hinchados, la noche anterior llore hasta dormirme. Pude escuchar la voz de mi madre, sollozando. Lo supe inmediatamente, lo sentí desde el momento q el teléfono sonó.
Rápidamente me quite la pijama y me puse un pantalón y una sudadera, apenas me puse los tenis, no los amarre, Salí corriendo por la puerta de mi recamara que daba hacia la calle y no mire atrás. La mañana estaba muy fresca, lloviznaba. Traía una liga en la muñeca y con ella me sujete el cabello. Seguí corriendo.
En ese tiempo acostumbraba hacerlo, así que no fue extraño para mi mama no encontrarme. Sin sentirlo llegue hasta la cima del cerro… a veces cierro los ojos y aun me siento ahí, algo murió en mí en ese momento. Me recargue en una enorme piedra y quise llorar, no pude. Unas pocas lágrimas se escaparon y se confundían con las pequeñas gotas de lluvia. No estoy segura cuanto tiempo estuve ahí, solo sé que fue bastante porque para cuando regrese, mi madre me esperaba en la puerta de la casa, mirando hacia todos lados. Entre sin decir una palabra, ella quiso hablarme pero no se lo permití, ente por la misma puerta por la cual Salí horas antes, y no volvieron a verme sino hasta dos días después.
Tenía la tonta idea de que si nadie me lo decía seria como si no pasara, como vivir unos momentos más en es otra realidad donde el aún existía, donde yo lo esperaría, para mí era eso, simplemente lo estaba esperando, el llegaría.


(fin de parte 1)