Me cuesta trabajo dormir sola. No es miedo a los ladrones o fantasmas, sino que necesito que alguien me abrace y me cuide la espalda…como acomodándome al espacio que la otra persona me deja. Por eso me rodeo de almohadas, es como construir un refugio y meterme en él.
Estaba leyendo un libro sobre la relación entre el amor y la dependencia que me hizo reflexionar un tanto sobre mi situación:
· La compañía permite sobrevivir a un esquema de pérdida/abandono, se vuelve una señal de seguridad (como esas cobijitas que los niños nunca sueltan)
· El contacto humano produce la tranquilidad momentánea para poder dormir.
Me di cuenta entonces el por qué me aferré por tanto tiempo, el abrazo tenía suficiente intensidad positiva como para balancear y justificar todo lo malo que había, un poco de bienestar y la ilusión de protección a cambio de algo insufrible.
Ni digas, ultimamente no puedo dormir si no abrazo a mi almohada y me hago bolita en la cama... :(
ResponderEliminarEs raro, pero algun día lo olvidare...
a veces me preguntaba como pudo haber sido tanto tiempo, pero a veces uno tiene miedo de dejar algo que ya tiene seguro
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