viernes, 8 de junio de 2012

ir

Nunca creíste que era por ti que veía el sol cada día, eres tu quien alumbra mi escritura, de donde parten mis ideas. Condena infinita el pensarte, moviendo el recuerdo entre la memoria. Es por ti que despierto en las madrugadas, me encuentro en vísperas hasta que desaparezcas de mí, ahora espero cada día para ya no estar mas por ti aquí, esto es solo el fin de un tiempo, del tuyo, del mío, del que nunca olvidaré, el que tantas veces no quise terminar. Condena deliciosa el tenerte dentro del pecho, libertad indeseable el tener que olvidarte. Transcurrirá el tiempo lentamente letal, esas noches desaparecerán. En el día el sol ya no me iluminará. Al irte de mi la sentencia se acabará y por ende mi vida se apagara.

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